Vivaldi describe los efectos del frío, el castañeo de los dientes y el temblor del cuerpo. La tempestad mitiga un poco el frío. Después llega la lluvia, al abrigo de la casa y al calor de la chimenea.
La sensación de andar despacio por el hielo con miedo a caer para refugiarte corriendo en casa mientras el viento se filtra a través de las hendiduras de la puerta y de las ventanas.
Así es el invierno y ya estamos a punto de acabarlo.
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